Una mujer de 65 años estuvo a punto de ser incinerada viva en Tailandia luego de que su familia la diera por muerta y la trasladara a un templo sin contar con un certificado de defunción.

El caso ocurrió en el templo Wat Rat Prakhong Tham, en la provincia de Nonthaburi, donde el personal quedó sorprendido al escuchar golpes provenientes del ataúd. El momento fue grabado y difundido en redes sociales, generando conmoción internacional.

Según relató Pairat Soodthoop, gerente de asuntos generales y financieros del templo, el hermano de la mujer la había llevado desde Phitsanulok (a unos 500 kilómetros) con la intención de cumplir su deseo de donar sus órganos en un hospital de Bangkok. Sin embargo, el hospital rechazó el cuerpo al no existir un certificado de defunción oficial.

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