Se rumoreaba con cierta inocencia que Michelin iba a batir un récord concediendo, de una tacada, la tercera estrella hasta a tres restaurantes. Nada más lejos de la realidad. Esta vez la guía ha decidido dejar desierto el premio gordo, aunque sí mantiene las tres estrellas a los 16 restaurantes que las ostentaban hasta ahora. No es la primera vez que sucede: en 2015, 2016 y 2019 tampoco hubo ningún nuevo triestrellado, pero últimamente la cocina española se había malacostumbrado a recibir una o dos novedades por año. Tampoco se cumplieron las profecías de los agoreros que advertían de que una casa histórica podía ser degradada en la gala celebrada este martes en Málaga.

Ni el marbellí Skina, de Marcos Granda, que lleva años sonando en todas las quinielas; ni el lujoso Deessa, de Quique Da

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