Más que empate sin goles bajo el agua nieve que empapó la superficie del Fortuna Arena de Praga, cabría hablar de empate a nada en el sentido de que, en la práctica, dicho resultado minimiza las opciones de continuar en la Champions a Athletic y Slavia. Solo un milagro, un pleno en las tres jornadas que restan de la actual fase, que a la fuerza incluiría alguna victoria impensable, modificaría el destino de ambos clubes. En el caso de los hombres de Ernesto Valverde, la hazaña debería consistir en derrotar al vigente campeón del torneo, el Paris Saint Germain. Elucubrar con un objetivo de semejante envergadura no merece que se le dedique ni un segundo en vista del momento que viven los rojiblancos. El partido de anoche se limita a certificar la previsión que se manejaba, la más e

See Full Page