¿Desde cuándo las pelis de terror han dejado de dar miedo? Justo desde que se humanizó al monstruo. Un proceso cuyos últimos ejemplos son «Drácula» de Luc Besson y «Frankenstein» de Guillermo del Toro: dos fantasías románticas. Aun siendo esta última un trasvase más o menos infiel de la novela de , el problema es la personificación que Boris Karloff hizo del monstruo de «Frankenstein» (1931): una máscara entre doliente y feroz. Figura hoy venerada como icono pop, aunque en su momento causara verdadero pavor.
Ante la imposibilidad de superarlo, el director mexicano ha decidido humanizar al personaje, que parece salir de una operación de cirugía estética, y convertir su drama de Nuevo Prometeo que quiere vengarse de su padre en una nueva versión de la Bella y la Bestia. Un cuento romántico

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