Pocas sociedades avanzan a paso tan ligero hacia estructuras envejecidas como la española. En pleno 'boom' demográfico marcado por el desplome de la natalidad y el aumento de la longevidad , es un hecho que España se está quedando sin niños y que en las próximas décadas el país deberá abordar transformaciones profundas para dar respuesta a una nueva realidad –el envejecimiento poblacional– que la llegada de migrantes, en el mejor de los casos, solo amortiguará pero en ningún caso revertirá.

Uno de los mejores termómetros para medir este fenómeno es la transferencia de peso demográfico entre el colectivo de menores de 14 años al de mayores de 65. Solo un dato: en 1970, había un jubilado por cada tres niños. En 2025 esta relación ha dado la vuelta y ya existen 1, 5 pensio

See Full Page