El president de la Generalitat en funciones, Carlos Mazón, asegura que el día de la dana ni pasó por su domicilio ni entró en el aparcamiento donde había estacionado la periodista con la que comió. El dirigente del PP valenciano ha atendido a los medios de comunicación este miércoles antes de presidir el que posiblemente sea el último pleno de su Ejecutivo, en vísperas de la sesión de investidura de su sucesor. “Vuelvo a desmentir que fui a mi casa, vuelvo a desmentir que me enseñaron ningún pantallazo”, ha afirmado el presidente valenciano, que asegura que no paró en ningún lugar entre el aparcamiento al que fue al salir del restaurante para acompañar a la periodista Maribel Vilaplana.
“Me ratifico en que vine andando desde la puerta del parking que está prácticamente al lado del restaurante. Vine andando hasta el Palau de la Generalitat”, ha dicho el presidente valenciano, preguntado por su itinerario. El dirigente, que rehúsa desde hace un año concretar su itinerario del 29 de octubre, insiste en que no puede asegurar con precisión cuándo hizo qué aquella tarde. “No lo puedo precisar con exactitud, tal y como dije en la comisión del Congreso de los Diputados”, ha apuntado. “Nunca pude precisar si pude salir 15 minutos antes o 15 minutos después”, ha seguido, para insistir que se trata de “un trayecto que yo no les puedo decir con precisión”. Los datos del parking remitidos a la causa judicial indican que la periodista Maribel Vilaplana, quien compartió mesa con el presidente aquella tarde, pagó el ticket de salida a las 19.47 horas, en un estacionamiento que está a diez minutos andando del Palau de la Generalitat.
“Lo que sí que sé es que se dice que llegué a las ocho, y yo lo que sí que sé es que a las ocho estaba saliendo de aquí hasta L'Eliana -donde se ubica el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat-. Así que nada más”. Dos testigos presenciales aseguraron a elDiario.es que vieron al presidente entrar en el Palau pocos minutos antes de las 20h y salir poco después.
Otro testimonio, un policía experto en servicios de escolta y con conocimiento del dispositivo con el que cuenta el president, aseguró: “Hablando con los compañeros, a mí me dicen que este hombre, cuando terminan de comer ahí se va a su casa. Se pegará una ducha, dormirá la mona o algo, ¿sabes? Y ya los escoltas vuelven al Palau”, asegura.

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