El prestigio de una estrella Michelin no siempre implica un gasto inalcanzable. España cuenta con una amplia red de restaurantes galardonados que han apostado por acercar la alta cocina al público general, ajustando los precios sin renunciar al nivel. La Guía de 2026 confirma que se puede disfrutar de un menú distinguido por menos de 100 euros en distintos puntos del país. Es una cantidad importante, pero ajustada teniendo en cuenta los precios habituales de la alta cocina. Esta tendencia, que combina excelencia culinaria y precios algo más razonables, consolida la idea de que la gastronomía española mantiene su diversidad más allá de las cifras desproporcionadas.

Muchos de los chefs distinguidos este año trabajan con la misma idea: mantener el sabor propio de su tierra y hacerlo avanzar con técnicas nuevas . En el mapa, el recorrido va de Cádiz a Galicia pasando por tierras catalanas.

Llavor (Oropesa del Mar)

El restaurante de Jorge Lengua y Adrián Peralta se alza sobre el Mediterráneo con un concepto centrado en los ingredientes de Castellón . La investigación sobre la huerta y el mar de la zona sostiene una cocina de raíz regional y mirada contemporánea. Sus menús, de 79 y 99 euros , proponen reinterpretaciones elegantes de platos tradicionales.

El espacio, moderno y abierto al mar, acompaña una experiencia en la que cada pase busca exaltar los contrastes naturales del territorio. La Guía Michelin lo define como un hallazgo que reivindica la riqueza gastronómica de la costa levantina .

Pico Velasco (Carasa)

El chef Nacho Solana y la directora Inés Aguirreburualde combinan hospitalidad y rigor técnico en un entorno natural privilegiado. Ubicado junto al Parque Natural de las Marismas de Santoña, el restaurante ofrece menús de 85 y 105 euros que se degustan con la calma que inspira el paisaje.

La propuesta de Pico Velasco se caracteriza por una cocina moderna basada en la tradición y en la ejecución precisa de cada plato. Las preparaciones reposadas y los sabores limpios definen la experiencia de un lugar que apuesta por la serenidad gastronómica.

Ochando (Los Rosales, Sevilla)

Juan Carlos Ochando y Elena Pérez mantienen un estilo de cocina contemporánea sustentada en el producto de temporada . La carta permite pedir medias raciones y ofrece dos menús, de 65 y 82 euros . La reinterpretación del recetario sevillano convive con técnicas actuales que amplían el repertorio local.

Ochando es uno de los nuevos restaurantes premiados

El equilibrio entre la informalidad y la exigencia técnica otorga personalidad a un espacio que ha logrado consolidarse dentro del panorama andaluz. La atención a los detalles de servicio completa la experiencia con una calidez propia.

Regueiro (Tox)

El chef Diego Fernández desarrolla una propuesta que relaciona productos nacionales con especias y técnicas procedentes de India, México y el sudeste asiático. El menú corto cuesta 75 euros y el más largo, 125 . Su cocina muestra la versatilidad del recetario español frente a influencias globales.

El restaurante, instalado en una casa rodeada de jardines y huertos, ofrece también alojamiento . La combinación de entorno natural y cocina con sello personal define un proyecto en el que la identidad asturiana convive con sabores de otros continentes.

Vértigo (Sober)

Rafa Centeno traslada al plato el paisaje de la Ribeira Sacra con menús de 65 y 95 euros . En las bodegas Regina Viarum, el chef presenta elaboraciones que rinden homenaje al terreno y al ciclo estacional.

La vista al cañón del Sil acompaña una experiencia que une vino y gastronomía bajo la idea de territorio. Cada elaboración busca reflejar los productos de la zona y los métodos tradicionales desde una óptica contemporánea.

Miguel González (Ourense)

El cocinero gallego propone menús que oscilan entre 70 y 110 euros . En su local del centro histórico, adapta la oferta a los productos frescos disponibles cada día . La improvisación medida y el apego a los recuerdos personales marcan su estilo.

La cocina de Miguel González se apoya en la cercanía con el comensal y en la capacidad de reinventar el recetario gallego sin perder la autenticidad. Su lema #novaleparar resume esa búsqueda continua de inspiración.

Mare (Cádiz)

Juan Viu dirige un restaurante de solo cuatro mesas donde la cocina gaditana cobra protagonismo. Con un menú de 75 euros, el chef reivindica los pescados locales menos valorados y mantiene presente el sofrito de su abuela como punto de partida emocional.

Juan Viu propone una experiencia singular en Cádiz

El equipo, formado por tres personas, transmite la sencillez de un proyecto personal que rescata la memoria culinaria familiar. La cercanía con el producto fresco del mercado marca cada elaboración.

La Revelía (Amorebieta - Etxano)

Fernando González ofrece una cocina actual asentada en bases vascas, dentro de un caserío rehabilitado que permite ver el paisaje a través de amplios ventanales. El menú cuesta 92 euros y se complementa con opciones a la carta.

Los productos de temporada y la creatividad controlada definen una propuesta equilibrada entre la tradición y la modernidad. El entorno rural potencia la sensación de conexión con la naturaleza.

Kamikaze (Barcelona)

Enric Buendía , con dirección de Camila Delani, ha creado un espacio que combina influencias japonesas con la cocina catalana. Su menú único de 85 euros cambia cada estación. Las presentaciones sorprendentes y las técnicas precisas sustentan un concepto que la Guía describe como revolucionario.

El restaurante, situado en el Eixample, traduce la experiencia de Buendía en cocinas como Disfrutar o Mugaritz en un formato más personal. El equilibrio entre Asia y el Mediterráneo estructura una propuesta coherente y singular.

El Taller Seve Díaz (Puerto de la Cruz)

El cocinero tinerfeño apuesta por una cocina que parte del producto local y de los sabores canarios . Los menús Sorpresa y Largo, de 68 y 96 euros , muestran un estilo creativo que no pierde la referencia a la tradición insular.

El trato cercano y el gusto por los detalles hacen que la experiencia se perciba como una celebración de la hospitalidad. El homenaje a los Huevos de Lucio es una de las elaboraciones estrella del local.

Casa Rubén (Tella, Huesca)

Cristina Romero y Rubén Coronas gestionan un restaurante de tres mesas en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Su menú Sueños, de 85 euros , refleja una cocina tradicional actualizada con técnicas más novedosas.

Las vistas al entorno natural y la atención a la materia prima local confieren identidad a una propuesta íntima, pensada para disfrutar con calma del paisaje y de los sabores del Pirineo.

Islares (Bilbao)

Julen Bergantiños dirige un local frente al Museo Guggenheim que homenajea los guisos y tradiciones del norte peninsular. Los menús A-8 y N-634, de 98 y 135 euros , cambian cada estación para adaptarse a los productos de pequeños productores.

El restaurante combina el respeto al patrimonio culinario con una visión actual donde el sabor ocupa el centro de cada creación. La identidad vasca se expresa en cada detalle del servicio.

Ancestral (Pozuelo de Alarcón, Madrid)

Víctor Infantes y Saúl González trasladan su cocina manchega a Pozuelo tras su paso por Illescas. El menú Pardo, de 100 euros, mantiene la presencia de brasas, adobos y caza de temporada .

El local cuenta con dos espacios, uno informal en la planta baja y otro gastronómico en el nivel superior. La técnica refinada y el apego al recetario manchego consolidan su personalidad.

Barahonda (Yecla)

El chef Alejandro Ibáñez dirige este restaurante dentro de una bodega con vistas a los viñedos. Su menú de 75 euros apuesta por el producto local y por una ejecución clásica que respeta la temporalidad.

La integración con la actividad vitivinícola convierte cada comida en una extensión natural del paisaje de Yecla, donde la cocina acompaña al vino sin restarle protagonismo.