En el Barça comienza a sentirse una inquietud creciente. Un murmullo suave, pero constante. Un miedo que no nace del rival, sino del futuro. El nombre propio es uno: Lamine Yamal . El chico prodigio. El talento precoz. El jugador que deslumbró al mundo con apenas 16 años y que ahora, con 18, vive un momento delicado. Un momento que en el club observan con preocupación .
El partido en Stamford Bridge fue una llamada de atención. Un choque duro. Frío. Un ambiente hostil que le recordó que el fútbol profesional no perdona. Cada balón que tocaba era recibido por un rugido. Silbidos. Cánticos hirientes. Provocaciones. Un estadio entero intentando desestabilizarle. Y él, intentando mantener la calma. Intentando abstraerse. Intentando ser el mismo de siempre.
Todavía se espera a Lamine

El Nacional.cat

The Babylon Bee
NBA
AlterNet
RadarOnline
The Conversation
The Daily Beast
New York Magazine Intelligencer
Raw Story