Durante el Congreso Cafetero del año pasado, Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), detectó un escenario crítico que amenazaba cuatro pilares del sistema cafetero: la volatilidad internacional de los precios, el aumento de las posiciones a futuro , la falta de liquidez para comprar café y la presión sobre el sistema financiero del sector.

Según Bahamón, las posiciones a futuro exigían cada vez más recursos para mantenerse abiertas, mientras los cupos de crédito estaban prácticamente copados. A esto se sumaba una cosecha abundante y exportadores privados sin liquidez para adquirir café.

El líder gremial describe ese momento como “la tormenta perfecta”, compuesta por un sistema de garantía de compra exigido al máximo, un mercado internacional pr

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