Europa no perdona un mal día. El Celta, que quería poner la velocidad de crucero rumbo a las eliminatorias europeas, se pegó un batacazo en Bulgaria, ante un Ludogorets al que le salió todo desde el principio del partido y que supo anular las mejores virtudes del conjunto dirigido por Claudio Giráldez. Un 'hat-trick' del serbio Stanic sentenció al cuadro celeste, a pesar del doblete de Pablo Durán que mantuvo a los gallegos dentro del partido hasta el pitido final.
Llegaba a este encuentro el Ludogorets como uno de los peores equipos clasificados en la segunda competición europea, pero con una inyección de moral tras el cambio de entrenador, con Per-Mathias Hogmo al mando, que le ha cambiado la imagen al equipo en apenas una semana con su reciente victoria en la competición doméstica. Sob

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