Este 27 de noviembre el mundo conmemora un momento que cambió para siempre el curso de la ciencia, la literatura y los esfuerzos por la paz: la firma del testamento de Alfred Nobel, un acto que, aunque silencioso y breve en su redacción, se convirtió en una de las decisiones más trascendentales de la historia moderna.

Alfred Nobel, ingeniero, químico e inventor sueco, nació en una familia dedicada a la manufactura y a la investigación técnica. Su vida estuvo rodeada de laboratorios, explosivos y patentes que lo llevaron a construir una de las mayores fortunas de su tiempo. Sin embargo, también estuvo marcada por la controversia: su invento más conocido —la dinamita— revolucionó la ingeniería y la minería, pero también fue utilizada en contextos bélicos, convirtiéndolo en una figura comple

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