Hace 40 años, los vascos empezaron a decir "basta" . Basta de atentados, basta de muertes, basta de miedo. Y lo hicieron con un gesto pequeño, pero cargado de significado: un lazo azul prendido en la solapa. Ese lazo pedía la libertad de los secuestrados por ETA y mostraba que estabas en contra de sus métodos. Hoy parece un detalle insignificante, pero entonces llevarlo era un acto de valentía .

En los años 80, la calle vasca era de ETA. Ellos organizaban manifestaciones, hacían ruido, imponían su ley. Los ciudadanos, por miedo, comodidad o complicidad, les habían cedido el espacio público. Hasta que un grupo decidió salir a la calle después de dos atentados con tres muertos . Profesores, alumnos y padres del colegio Los Escolapios se reunieron en la plaza circular de Bilbao. Prim

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