La trascendencia de Oriol Rey en el Levante del ascenso le llevó a ser uno de los mejores pivotes de Segunda División. El ‘20’ se convirtió en el eje sobre el que sostener a su equipo en tareas defensivas y proyectarlo al ataque, mediante un poso con el balón y un criterio táctico sobre el que se mereció dar el salto a la máxima categoría del fútbol español.

No obstante, el escenario donde compiten los mejores no está correspondiendo con todas las cualidades que puede aportar un centrocampista con zancada, capacidad asociativa y riqueza táctica, pero el fútbol, después de semanas sin proporcionarle oportunidades, ya sea por motivos técnicos o de salud, le da una nueva reválida para ganar continuidad y, por consiguiente, ser nuevamente importante. La cláusula del miedo de Unai Vencedor, qu

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