La necesidad de revisar el teléfono constantemente se ha convertido en una conducta cotidiana. Sin embargo, investigaciones recientes, difundidas por medios como The Washington Post e Infobae , indican que el verdadero problema no radica en las horas totales de uso, sino en la frecuencia compulsiva con la que desbloqueamos la pantalla . Esta acción, aparentemente inofensiva, está directamente ligada a fallos en la concentración y la memoria.

El verdadero enemigo: La frecuencia, no el tiempo

Contrario a lo que se podría pensar, el factor más perjudicial no es el tiempo total que pasamos frente a la pantalla. La ciencia señala que el principal predictor de fallos cognitivos en el día a día es la cantidad de veces que revisamos el dispositivo.

Cada vez que desbloqueamos el teléfono

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