Mario Castaño Sánchez solo tiene dos años y medio y le encanta que le cuenten historias para irse a dormir todas las noches. Le llama mucho la atención que su tía Aitana salga en la tele, aunque a su corta edad piensa que solo sale en vídeos de Marisa Valle Roso cantando 'Cenicientas del carbón '. Su voz también se escucha en el ' Comando Norte ', la sección semanal del programa de radio Hoy por Hoy de la Cadena Ser que presenta Ángels Barceló y colabora junto a la periodista Marta Pérez en ' Dalle mio nena', el podcast rural en clave femenina , pero para el pequeño ella, su “tita”, es la que le cuenta esas historias que luego plasma en un libro. Como diría Pepa Fernández, de Radio Nacional de España (RNE), para este “escuchante” atento a su “tita” va dedicada la última novela que acaba de salir a la venta: 'Las madrinas' que cuenta con las ilustraciones del historietista y autor de cómics, Alfonso Zapico, como no podía ser de otra manera. Son un tándem perfecto.
La autora sitúa la historia en los años 60 del siglo pasado en una cuenca minera en pie de huelga donde cuenta las peripecias de una joven –Gloria Montes– que, tras ser repudiada por su familia después de quedar embarazada en una violación, debe abandonar Asturias. La solidaridad de clase y la generosidad de las mujeres que va encontrando por su camino le llevan a un Madrid subversivo que pelea por salir a flote en los últimos años de la dictadura franquista. Y hasta ahí podemos contar, para no hacer 'espóiler' a los lectores.
La impronta de las cuencas
Aitana Castaño Díaz nació en Langreo, en la cuenca minera del Nalón, en 1980, y creció en un ambiente donde la solidaridad y el compromiso político y social era algo natural. Y eso le dejó una fuerte impronta. Hija de Juan Ignacio, un militante histórico del Partido Comunista de España en Asturias, y de Flora, activista del movimiento asociativo, solidario y feminista, creció viendo manifestaciones y huelgas en un momento de declive de la zona en un ambiente familiar donde la mayoría de sus integrantes estaba involucrada con gente “con grandes historias que contar”. Así nos lo describe Aitana: “Las cuencas son mi casa. Podría vivir en Madrid, en Oviedo, en Gijón... en cualquier lugar y vivo en Sama de Langreo porque mi relación con las cuencas mineras es ya de militancia activa”, explica a elDiario.es Asturias en plena vorágine del tour de presentación de su última novela editada por Pez de Plata .
Ingeniosa, sarcástica, irónica... Aitana escuchó muchos 'noes' antes de que el editor Jorge Salvador se fijara en su forma de escribir y viera en ella ese perfil literario que contaba con una pluma ágil a la hora de abordar sin tapujos temas complejos y controvertidos y esa chispa de humor inteligente –en ocasiones también negro– que la caracteriza para darle esa oportunidad tantas veces negada que le dio el definitivo salto a la literatura. Con su trilogía minera compuesta por 'Los niños de humo' (2018), 'Carboneras' (2020) y 'Rastros de ceniza' (2022) ha logrado concitar el aplauso unánime de más de 32.000 lectores que avalan el éxito de su faceta como escritora. Y que ahora intenta emular con 'Las madrinas'.
Las novelas de Aitana van indisolublemente asociadas al ilustrador Alfonso Zapico. A continuación, una pequeña muestra de sus ilustraciones de cada una de las tres novelas de la trilogía minera que tantas satisfacciones les está reportando a los dos.
'Los niños de humo' (2018)

'Carboneras' (2020)

'Rastros de ceniza' (2022)

Su última novela 'Las madrinas' tiene a Aitana en un continuo trasiego, de un lado para otro. Aunque está metida de lleno en su promoción tampoco abandona su otra pasión: el periodismo que ejerce como free lance. Si este libro pone en valor la importancia de la solidaridad entre las mujeres, es obligado que Aitana cuente quiénes fueron las suyas y entre ellas destacan especialmente dos: su amiga Lorena Valdés y su tía Conchi.
Su tía ejerce doblemente de madrina, no solo como apoyo fundamental en su vida, sino también entregándole el “bollo” de ahijada porque, aunque lleva más de 20 años de relación con su pareja Xuan, no se ha casado, dice bromeando que para seguir teniendo el detalle de su tía cada año, ya que solo lo recibían “las solteras”. “Ellas dos son especiales, pero mi madrina oficial es mi tía Conchi. Yo tuve la suerte –explica la autora– de que a lo largo de la vida conocí a mujeres que se pueden considerar madrinas”.
Para la escritora langreana, hay que honrar a las madrinas porque en ellas recaen muchas tareas no siempre reconocidas públicamente. “Ellas llevan mucha parte de los cuidados y no se habla mucho de ellas; se les agradece y se les dedican cosas, pero no hay muchas historias sobre las madrinas. Son todas esas mujeres que además, desde la empatía y desde la humanidad, cuidan a los suyos y a los que no lo son. Y eso sigue ocurriendo en el mundo en el que estamos, donde no se reparaba en ellas”.
Muchos de los personajes que asoman por las páginas de la novela son reales, pero otros son ficticios aunque están basados en gente que conoce la autora aunque finalmente los personajes van creándose su propia personalidad.
Reivindicando a Luisa María Linares
Por el contrario, sí hay una persona a la que Aitana reivindica en todas sus apariciones públicas y esa no es otra que Luisa María Linares, una escritora de principios del siglo XX, que fue superventas y aunque en su época tuvo mucho éxito, su nombre no ha sido muy ensalzado como ocurrió con otras escritoras entre las que cita a Corín Tellado.

“Sus historias no son románticas como las de Corín Tellado. En muchas casas de los años 60 y 70 del siglo pasado, había pocos libros, pero muchos eran de Luisa María Linares. Una vez buscando con una amiga en libros de segunda mano empezamos a encontrar sus libros, los fuimos comprando y leyendo y nos pareció una fantasía. Por eso cojo todas las aportaciones de mis amigas y se puede decir que las incluyo y que son como una obra colectiva”, señala.

Aitana reconoce que ella es como “una notaria” porque ya está todo inventado. En 'Las madrinas' hay muchas referencias a Luisa María Linares y especialmente a su novela 'Esta semana me llamo Cleopatra'. “Esta escritora tiene una treintena de novelas y 20 de ellas fueron llevadas al cine”, apunta la autora langreana, a la que “le encantaría” que su trilogía minera o 'Las madrinas' pudieran acabar reflejadas en un guion cinematográfico.
Jorge Salvador tiene un agente en Barcelona que lleva los derechos audiovisuales a la editorial Pez de Plata y, como está presente durante la entrevista de este diario con Aitana, a él le trasladamos la pregunta sobre las posibilidades de llevar al cine las novelas.
El editor responde con rapidez: “Parece que las productoras están buscando muchas historias y novelas sobre todo para hacer series cortas y la última conversación que tuvimos con el agente, en la Feria del Libro de Madrid, ya le comentamos que podría haber posibilidades tanto con la trilogía minera de Aitana como con el libro de Antón García, 'Crónica de la luz y de la sombra' . Aitana aprovecha además para recomendar que aquellos lectores que puedan acudir a Gijón vean la obra de teatro de 'La Balada del Norte' de Alfonso Zapico.
Las cuencas mineras en los años 80 del siglo XX, cuando nació Aitana, empezaban a registrar un declive total. No obstante, a pesar de que aún era una niña, le dio tiempo a vivir experiencias que admite que son reflejo del carácter y seña de identidad de toda una comarca, lo que sumado al ambiente político y reivindicativo que se palpaba en su casa forma parte de su personalidad.
“Yo recuerdo que en los años 80 había muchos mineros, muchas manifestaciones... y eso sumado a vivir en ese territorio y a pertenecer a una familia muy activa políticamente en el Partido Comunista me llevó a conocer a gente que tenía grandes historias que contar. Las cuencas mineras, toda esa gente, ese esfuerzo, esos sacrificios y esas luchas que hicieron en muchos casos para sacar adelante a la familia, a los suyos, trasciende un poco más”, argumenta.

Cuando era pequeña, pensaba que por toda la gente que yo conocía, que era lo más normal del mundo que en tu vida hubiera comunistas, represaliados y torturados, pero fue salir de las cuencas y darme cuenta del legado que tuve delante toda la vida. A lo mejor escribirlo era una de las cosas que tenía que hacer para que siguiera existiendo ese legado para otras generaciones o para otra gente que lo lea
“Cuando era pequeña, por toda esa gente que yo conocía, pensaba que era lo más normal del mundo que en tu vida hubiera comunistas, represaliados y torturados. Pero claro, fue salir de las cuencas y darme cuenta que eso no era lo normal y a lo mejor escribirlo era una de las cosas que tenía que hacer para que siga existiendo ese legado para otras generaciones o para otra gente que lo lea”, asevera. Aitana ha sido tentada al parecer para entrar en política, por supuesto en partidos alineados a la izquierda. De momento, se centra en el periodismo y la literatura que ya le ocupan todo el tiempo, si bien es un tema que no ha descartado de cara al futuro.
Su padre, Juan Ignacio, fue concejal con apenas 23 años y llegó a ser el miembro más joven del comité central del Partido Comunista de España (PCE) y secretario de Organización del Partido Comunista de Asturias (PCA). De ahí que su hija mantenga el gen del compromiso social y se rebele contra todas las causas que considera injustas, aunque más de una vez tenga que lidiar con los 'haters' cuando escribe abiertamente de sus opiniones en la red social X.
“Twitter es un estercolero. No me quiero ir, ni entro a diario a contestar a los insultos, porque yo soy muy de bloquear. Bloqueo, bloqueo y bloqueo cuando me pasa. Hay ciertos temas de los que yo puedo hablar que sé que me van a traer detrás hate , es decir, odio. El feminismo y sobre todo la memoria histórica son los que más y, a partir de ahí, la violencia de género, pero en realidad con bloquear me vale. ¿Qué voy a poner yo en una opinión de 'osito de 1963' con una foto de la bandera de 'la Borgoña'. Chico, mira, ten amigos”, responde al ser interpelada por si se frena a la hora de expresar abiertamente su opinión, con libertad, sobre cualquier tema.
La siniestralidad laboral en la mina
Aitana, como diría Francisco Umbral, viene a hablar “de su libro”, su último hijo literario 'Las madrinas' y enganchando con el tema, retomamos este viaje hacia las cuencas mineras y cómo se vive especialmente en la familia minera la alta siniestralidad laboral que se está registrando en Asturias.
En los últimos ocho meses se han producido dos graves accidentes que han dejado siete muertos: los mineros Jorge Carro, Rubén Souto Robla, Amadeo Bernabé, Iván Radio y David Álvarez, residentes en las comarcas leonesas de Laciana y El Bierzo, con edades comprendidas entre 32 y 54 años, y fallecidos el pasado 31 de marzo, por una explosión de grisu, en la mina de Zarréu, en el concejo asturiano de Degaña , y los mineros Óscar Díaz Rodríguez y Anilson Soares de Brito en la mina de antracita que gestiona la empresa TYC Narcea , en la Vega de Rengos, en Cangas de Narcea, el pasado viernes, día 21 de noviembre.
La mina es un tema que siente especialmente la autora no solo por vivir en las cuencas, sino también porque varios integrantes de su familia materna –su abuelo y tíos– se ganaban el sueldo trabajando en la minería.
Reconocimiento al colectivo femenino
“Sabes que tu hijo, tu hermano o tu marido va todos los días a un curro que es complicado, pero yo creo que no piensas que va a morir en la mina, como tampoco piensas que un marinero va a morir en alta mar, o que un paisano que está limpiando cristales en altura va a caer. Sí es verdad que a lo mejor ahora la relación con la mina no es tan social. Antes era todo el territorio, tenía esa relación con la mina, ahora hay menos gente que la tenga directa”, asegura una nieta y sobrina de mineros.
Aitana rememora cómo en las cuencas mineras reconocían de forma tácita el papel de las mujeres en las familias. Afirma que habitualmente había un patrón común: “Las familias son muy matriarcales, el paisano está ahí y al paisano hay que dejarlo descansar y si curraba en la mina y había que comer, pues se comía cuando él lo dijera. Pero allí las que mandaban eran las mujeres, porque al final eran las que ponían un poco de cabeza a la historia”, explica.
Describe que esa forma de actuar la vio en su propia casa, sin necesidad de tener que buscar referentes en otros lugares. “No tuve que ir a muchos sitios para ver eso. Al final el pilar de la casa es una mujer que, en el 99 por ciento de los casos, es la que cuida, la que da de comer, la que está pendiente y maneja todo y la que cuando el paisano llega jodido de la mina porque a lo mejor tuvo un accidente o murió alguien al que conocía es la que lo sostiene”, especifica.
Aitana está ya metida de lleno en un tour de presentaciones de su novela 'Las madrinas' tanto en Asturias como en otras ciudades españolas, aunque su editor Jorge Salvador recuerda que siguen vendiéndose de forma espectacular sus otras novelas anteriores. “Acabamos de sacar la novena edición de 'Carboneras' y la 13 de 'Los niños de humo' hace apenas dos semanas”, ratifica.
En agenda tienen ya programado el calendario de la gira por tierra asturiana. En principio, el próximo viernes, día 28, harán la presentación oficial en Langreo, su concejo natal, en la Asociación de Vecinos de La Barraca. El 13 de diciembre se hará en la librería Matadero Uno de Oviedo ; el 14 de diciembre en la librería La Llocura de Mieres, en la calle Aller, 1; el 17 de diciembre la presentación se realizará en el Antiguo Instituto de Gijón/Xixón y el 19 de diciembre en Las Escuelas de La Foz de Morcín. Está previsto que en enero de 2026 comiencen las presentaciones fuera de Asturias. Entre otras ciudades, Aitana contará las aventuras de Gloria Montes, la protagonista de su novela, en A Coruña, Madrid, Bilbao y Barcelona. Las fechas concretas se irán perfilando en los próximos días. De momento, aquí va el anticipo, en un deseo de no haber hecho mucho 'espóiler'.

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