La entrada oficial de Tesla a Colombia, marcada por el anuncio de precios iniciales sorprendentemente competitivos, tomó por sorpresa al mercado, al punto de que, desde ese momento, se hizo habitual ver a docenas de personas haciendo fila para entrar a su local del centro comercial Andino, en Bogotá.

La movida de Tesla, una de las marcas de vehículos eléctricos más populares del mundo, interpreta correctamente la disposición de los consumidores colombianos. Pero no debe perderse de vista que es también la materialización de un punto de inflexión tecnológico que obliga a los potenciales compradores a abandonar el paradigma tradicional de adquisición de vehículos.

Un Tesla no se compra con la mentalidad de un automóvil de combustión; se adquiere más como una plataforma tecnológica. Un pote

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