Las fuerzas israelíes han matado a al menos 13 personas y han dejado a más de 20 heridas en una incursión terrestre en la madrugada de este viernes en la localidad de Beit Jinn, a las afueras de Damasco, en uno de los mayores operativos de Israel en Siria desde la caída del presidente Bashar al Asad en diciembre del año pasado.
La agencia oficial de noticias siria, SANA, ha informado del número de víctimas, pero no ha detallado cómo han muerto y han sufrido heridas. Según SANA, el ejército israelí atacó con artillería Beit Jinn a las 3.40 de la madrugada hora local y, posteriormente, los soldados entraron en la población, lo que desató “choques violentos” con los residentes. Durante esos enfrentamientos, la aviación israelí sobrevoló la localidad y lanzó globos incendiarios sobre la misma.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha señalado en un comunicado que dos patrullas israelíes llegaron a las afueras del pueblo para llevar a cabo una campaña de arrestos, lo que provocó choques con jóvenes de la zona que trataron de frenar su entrada en Beit Jinn.
El Ejército israelí ha afirmado en un comunicado que ha completado “una operación para detener a tres terroristas afiliados a al Yamaa al Islamiya en el sur de Siria”, sin especificar de qué grupo se trata ya que hay varias agrupaciones que llevan ese nombre. Según el Ejército, los sospechosos operaban en la zona de Beit Jinn y eran responsables de “ataques terroristas contra civiles israelíes”.
“Durante la operación, las tropas se enfrentaron en combate cuerpo a cuerpo con los terroristas. Tres soldados resultaron gravemente heridos y otros tres sufrieron lesiones de diversa gravedad”, ha detallado en la nota, agregando que “varios terroristas fueron eliminados y los sospechosos detenidos”.
Sin embargo, los medios de comunicación oficiales sirios han informado de que los choques se produjeron con civiles.
La organización que realiza labores de rescate, la Defensa Civil siria, también conocidos como cascos blancos, ha denunciado que sus equipos no pudieron acceder a la localidad hasta las 10.00 hora local porque las tropas israelíes atacaban cualquier cosa que se moviera a las entradas del pueblo.
El de este viernes es uno de los ataques más mortíferos que Israel ha llevado a cabo en Siria desde la caída de Bashar al Asad el 8 de diciembre de 2024. Después del colapso del régimen, Israel desplegó tropas en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán (ocupados por Israel en 1967) y aprovechó el vacío de poder para expandirse más allá del área entre su frontera y la frontera siria, tomando algunos puntos estratégicos del país vecino, como el monte Hermón.
Aparte de bombardear Siria de forma recurrente, en los últimos meses las fuerzas israelíes han llevado a cabo incursiones terrestres en las provincias sirias fronterizas con el Estado hebreo y, a veces, han llegado hasta las afueras de la capital, donde tiene su sede el aún frágil Gobierno de Ahmad al Sharaa –considerado una amenaza por Israel debido a su pasado yihadista, aunque la comunidad internacional y el propio Donald Trump han legitimado su liderazgo–.
El Ministerio de Exteriores sirio ha condenado en un comunicado lo sucedido este viernes: “El ataque de las fuerzas de la ocupación israelí contra el pueblo de Beit Jinn con bombardeos brutales y deliberados tras su incursión fallida constituye un total crimen de guerra”.

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