La ley de la oferta y la demanda le cae como un traje hecho a medida al sector ganadero en general y a la industria cárnica en particular. Mecido por los precios ascendentes del mercado internacional, el sector se regocija, saca cuentas, gana plata y se expande.

Los aires de libertad que barren la economía argentina, especialmente la quita de buena parte de las regulaciones, permitieron que los productores y los frigoríficos se beneficien de la bonanza exportadora. Sólo les falta que el Gobierno, un día, desmonte las retenciones.

El último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) revela que los precios negociados en el mercado de Cañuelas acumularon una suba anual del 34,4%, y escalan casi un 70% contra octubre de 2024.

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