De la misma manera que durante décadas Zubeldizamos el fútbol y Boterizamos la economía, una nueva generación de políticos y economistas debe recuperar la buena pedagogía, la seriedad y la imaginación, para dejar de perder y volver a ganar

En 1966, el equipo de fútbol Estudiantes de La Plata y la economía colombiana se parecían. Un equipo chico, en un país en el que los campeonatos estaban reservados para los grandes; un país chico, en un mundo en el que el éxito económico parecía favorecer sólo a unos pocos.

A ese Estudiantes de la Plata llegó Osvaldo Zubeldía como director técnico. Estoy persuadido de que, en los últimos cincuenta años, Rodrigo Botero Montoya jugó para la economía colombiana un papel tutelar similar al de Zubeldía para el fútbol.

Dice Zubeldía : “Cuando llegué al f

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