El viaje comienza en la región de Magallanes. Partiendo desde Puerto Natales y avanzando hacia el extremo austral del continente. Allí, Pablo Mérida describe carreteras rectas, un clima imprevisible —frío, calor, lluvia y viento en un mismo día— y la presencia de ñirres retorcidos que ofrecen una imagen “casi de película postapocalíptica”. Con algún cóndor como única compañía, nuestro aventurero afirma sentirse cerca “de los confines del mundo”. La primera parada es la Estancia Cerro Guido, una de las mayores de la zona, con establos, huerta, alojamientos y hasta escuela. Pablo destaca su hotel boutique y su restaurante, donde probó el cordero al palo asado lentamente.

Guanacos, gauchos y un primer contacto con la pampa

Durante un paseo a caballo por la estancia, se observan numerosos gu

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