Pocas veces en la industria automotriz se ve que un fabricante del prestigio de Porsche reconozca abiertamente la influencia de un competidor. Sin embargo, la llegada del Hyundai Ioniq 5 N ha provocado precisamente eso: un gesto de admiración que marca un antes y un después en la evolución de los deportivos eléctricos.

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Aunque Porsche lleva años construyendo su propio camino hacia la electrificación, e l comportamiento dinámico y el enfoque emocional del Ioniq 5 N hicieron que los ingenieros de la firma alemana empezaran a mirar de cerca lo que Hyundai había logrado . Lo que comenzó como curiosidad terminó en una referencia directa para los próximos lanzamientos de Stuttgart.

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