Madrid

Joaquín Sabina se ha despedido esta noche de los grandes escenarios con un adiós que ha sonado a eternidad. "Esta gira que se llamaba Hola y Adiós , esta noche se llama solo adiós, es un adiós enormemente agradecido, porque he visto cómo han crecido mis canciones y han conseguido colarse en la memoria sentimental de varias generaciones, sin vosotros las canciones no existen, gracias eternas", así se despedía Sabina de su público tras subir por última vez al escenario del Movistar Arena de Madrid recibido con una ovación perpetua.

Ante casi 16.000 almas rendidas, el poeta del asfalto ha cerrado medio siglo sobre las tablas con la voz más quebrada que nunca por la emoción y el corazón tocado, dejando claro que su legado seguirá latiendo mucho después de bajar el telón. "Este conci

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