En un contexto donde cada compra cuenta y los productos para el hogar salen cada vez más caros, muchas personas empezaron a mirar hacia lo simple y lo natural. Entre ellas, resurgió una práctica antigua que combina aroma, limpieza energética y protección: la elaboración de sahumerios caseros.
Lo primero que sucede cuando alguien se propone hacer sus propios s ahumerios es que comienza a observar su entorno con otros ojos. En la cocina, en el patio o incluso en una maceta del balcón, aparecen aliados inesperados. Hojas de laurel, ramitas de romero, menta fresca, cáscaras de naranja o limón que antes se tiraban a la basura, ahora cobran un nuevo sentido. Dejarlas secar lentamente al aire, en un lugar sin humedad, es casi un gesto de paciencia que forma parte del proceso. El tiempo hace

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