(Por Pasta de Campeón - ADNSUR) Deportivo Madryn estuvo a un solo paso de escribir la página más importante de su historia. Jugaba en su casa, ante un estadio colmado, con el empuje de toda una ciudad y la convicción de que todavía quedaban 90 minutos para revertir la derrota sufrida en Río Cuarto. Pero la última oportunidad de alcanzar la Primera División terminó convirtiéndose en un nuevo capítulo de frustración.

El 1-1 ante Estudiantes de Río Cuarto selló el 3-1 global en favor del conjunto cordobés y desató un golpe emocional inevitable en Madryn, que veía cómo se le escapaba el sueño del ascenso. La sensación de que era “la gran chance” —quizás la más clara de su historia reciente— se mezcló con el enojo, la tensión acumulada durante el año y, lamentablemente, la violencia.

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