El papa León XIV acudió este lunes al monasterio de Annaya, en Líbano, donde se encuentra la tumba del santo eremita Charbel y rezó por la paz en el Líbano y en todo Oriente Medio, en el segundo día de visita a este país tras su primera escala en Turquía.
El monje Charbel Makhouf decidió apartarse del mundo, viviendo como eremita y dedicándose a la oración, ayuno y el silencio. Murió en 1898, en una celda de piedra del monasterio de Annaya, que este domingo visitó el papa.
Además de ser el primer santo del Líbano, la fama de santidad de Charbel ha traspasado fronteras y su tumba es visitada por cerca de cuatro millones de peregrinos cada año, no sólo cristianos sino también musulmanes, atraídos por su ideal de ascetismo y sus milagros.
El pontífice estadounidense y peruano lo puso como

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