El reciente cierre perimetral del parque de Collserola, en Barcelona, tras detectarse casos de peste porcina africana (PPA) por primera vez en tres décadas en España, ha encendido todas las alarmas sanitarias y económicas. La aparición de ocho jabalíes muertos bajo investigación, junto con la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ha activado un operativo de gran escala que incluye drones, equipos de desinfección, prospecciones sobre el terreno y retirada de animales. A estos trabajos se han sumado cerca de 300 efectivos movilizados por la Generalitat para contener un brote que podría desestabilizar a uno de los sectores agroalimentarios más relevantes del país.

La respuesta excepcional a nivel operativo refleja la gravedad del riesgo: aunque la PPA no afecta a los hu

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