BUENOS AIRES (AP) — Empoderado por la victoria en las elecciones legislativas de octubre, el presidente argentino Javier Milei impulsa en el Congreso una profunda reforma del Código Penal, que entre sus puntos más relevantes contempla la imprescriptibilidad de delitos graves como abuso de menores, y con la que busca avanzar hacia un cambio de paradigma en la lucha contra el crimen.

“Así como trabajamos para poner orden en la economía y en las cuentas públicas, también trabajamos para poner orden en las calles”, afirmó el jefe de gabinete de ministros, Manuel Adorni, al hacer el anuncio el lunes en una rueda de prensa.

El proyecto de reforma del Código Penal, que será presentado “a la brevedad” en el parlamento, “viene a poner orden, donde antes reinaba la barbarie. La doctrina es clara: el que las hace las paga”, indicó el funcionario.

Milei, un economista ultraliberal y de extrema derecha, pretende llevar su impulso reformista en materia económica también a la lucha contra el crimen, en un país que si bien no exhibe las tasas de delincuencia más altas de la región tiene a la inseguridad como una de las principales preocupaciones de su población.

El mandatario había anunciado hace tiempo su plan de reforma penal, pero recién ahora lo materializa luego de la victoria en las elecciones legislativas de octubre que permitió al oficialismo robustecer su músculo legislativo.

“El Código Penal vigente está hecho a medida de los delincuentes, violadores, y los asesinos. Las condenas son insuficientes o muchas veces ni siquiera se cumplen”, afirmó Adorni. “Ahora no habrá contemplaciones contra los que atentan contra la vida, la libertad y la propiedad”.

La reforma tiene como uno de sus principales artículos declarar la imprescriptibilidad de delitos graves, tales como homicidio agravado, abuso sexual en todas las modalidades, trata de personas, secuestros extorsivos, atentado al orden constitucional y sistema democrático, terrorismo y financiamiento del terrorismo y tráfico y contrabando de estupefacientes.

“Las hiciste, no es que a los 10 años te quedaste en tu casa tranquilo, te escondiste 10 años, te fuiste a algún país vecino y volvés. No, te persigue el Estado y la justicia toda tu vida porque las hiciste y las vas a pagar”, detalló la saliente ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien liderará el bloque oficialista en el Senado.

La reforma también contempla agravamiento de penas para delitos como el homicidio simple, que pasará de 25 a 30 años de prisión. Y en el caso de homicidio agravado, que se castiga con prisión perpetua, se incluirán como agravantes si las víctimas son presidentes, ministros, maestros o directivos de escuelas, si el crimen ocurre en un establecimiento educativo, y si son menores de 16 años o mayores de 65.

“Las condenas perpetuas no van a tener límite temporal”, enfatizó Bullrich sobre ese tipo de pena hoy vigente que no implica que los condenados deban pasar toda su vida en prisión, ya que pueden solicitar la libertad condicional tras cumplir un tiempo determinado encarcelados, que suelen ser 20 años.

La reforma también prevé un castigo mayor para funcionarios condenados por corrupción, quienes dejarán de percibir la jubilación que les corresponde por su paso en la función pública.

La aprobación de una reforma requiere la sanción de dos tercios de los miembros de ambas cámaras, por lo que el oficialismo necesitará el apoyo de aliados.

“Yo creo que ya hay una conciencia, en el Congreso de la Nación, de ir hacia esta doctrina… estoy convencida que se va a votar, convencidísima”, concluyó Bullrich.