Fue ingeniero, empresario, productor, escritor y, sobre todo, un ser humano excepcional. Fundador de Familia Crestón y defensor de la producción regional, dejó una huella imborrable en Salta y en todo el norte argentino.

Hay personas cuya presencia transforma silenciosamente el suelo que pisan. Fernando de San Román fue una de ellas: un hacedor incansable, un soñador práctico, un hombre que construyó con trabajo, visión y un compromiso profundo con la tierra que lo recibió.

La noticia de su fallecimiento conmueve a la comunidad productiva y empresaria del NOA, a su familia, a sus equipos de trabajo y a todos quienes compartieron con él una idea, un gesto, una enseñanza. Ingeniero, productor, escritor, fue también un visionario generoso, capaz de identificar oportunidades y compartirl

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