Un audaz escape ha conmocionado a la localidad de Bernardo de Irigoyen, en Misiones, donde seis presos lograron fugarse de una comisaría tras hacer un boquete en el baño del calabozo. El incidente ocurrió en la madrugada del lunes 1 de octubre, cuando el personal de guardia descubrió la ausencia de los detenidos durante una revisión rutinaria.

Los fugados han sido identificados como Alejandro Ramos, Emanuel Krourluch, Daniel Simons, Agustín Morais, Jorge Ojeda y Darío Brítez. Un séptimo detenido, Juan José Ferreira Alvez, también se escapó, pero fue recapturado horas después en la localidad de San Antonio, a más de 30 kilómetros de distancia.

La Policía de Misiones ha desplegado un amplio operativo para dar con los prófugos, que incluye patrullajes terrestres y aéreos, controles en accesos y rastrillajes en zonas de monte. Se están utilizando drones y perros rastreadores para facilitar la búsqueda. Las autoridades han establecido un cerco de seguridad en la frontera con Brasil, colaborando con la Policía Militar brasileña para evitar que los fugitivos crucen hacia el país vecino.

"El operativo cerrojo para dar con los delincuentes comprende inspecciones en los puntos de acceso, rastrillajes en las zonas de monte, el trabajo de patrullas y de canes rastreadores; además de grupos tácticos en lugares estratégicos y caminos secundarios", declaró un vocero de la fuerza.

La situación ha llevado a la Jefatura de Policía a ordenar una investigación interna para determinar si hubo alguna responsabilidad por parte de los guardias que estaban a cargo de la custodia de los detenidos al momento de la fuga.

Este escape se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad en la región. Hace una semana, otro preso, Yonathan Ariel Da Silva, condenado por el femicidio de Patricia Fixa Mereles, también se había fugado de la Unidad Penal VII de Puerto Rico, pero fue recapturado en Paraguay tras una intensa búsqueda.

Las autoridades continúan trabajando para recapturar a los seis fugitivos restantes, mientras se refuerzan los controles en la frontera y se intercambia información en tiempo real entre las fuerzas de seguridad de ambos países.