Brindar seguridad a la población es una obligación constitucional del gobierno, pero también lo es hacer sentir segura a la comunidad.

El debate entre cifras y percepción de seguridad llegó para quedarse, convirtiéndose en un reto para las autoridades. Hacer sentir más segura a la población en su vida cotidiana y en la práctica. No solo en el discurso.

La famosa disminución del 30 ó 40 por ciento en la cifra de homicidios es difícil de “vender”, cuando diariamente hay crímenes y no están al pareo de las detenciones de quienes los cometen.

La percepción es un lucha diaria que cae con el mínimo error en la declaración. Por ejemplo lo sucedido la semana pasada con las declaraciones de la Fiscal General del Estado, María Elena Andrade, quien informó en rueda de prensa que un hombre localiza

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