Una relación de calidad en las parejas no perdura si no aprendemos a dejar libre a la otra persona y si no tenemos muy presente que no le podemos pedir algo infinito. La clave para madurar en pareja está en no aferrarnos a los que amamos y en dejarles volar asumiendo sus imperfecciones.
Esperamos de los otros seguridades y entrega plena, signos de amor totales y definitivos. Olvidamos que ningún ser humano puede darnos algo absoluto y apoyarnos totalmente. Las personas somos finitas, frágiles, parciales y vulnerables. Nuestras demandas desbordan las posibilidades de los demás, les exigimos demasiado, esperamos más de lo que pueden ofrecernos- Muchas crisis de pareja tienen aquí su fundamento.
Somos limitados, añoramos lo perfecto y trascendente y proyectamos este deseo profundo en quien

La Crónica de Salamanca

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