El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha iniciado este martes una ofensiva para reconducir la relación con Junts per Catalunya, rota de facto tras el reciente voto de los independentistas junto a PP y Vox para tumbar la senda de estabilidad presupuestaria. En dos entrevistas concedidas desde la Moncloa, Sánchez ha entonado el mea culpa , admitiendo «incumplimientos» en el pacto de investidura de 2023, y ha puesto sobre la mesa hechos concretos para recuperar la confianza perdida.

Para pasar de las palabras a los hechos, el Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto que incorpora varias reclamaciones históricas de la formación de Carles Puigdemont. Entre las medidas destacan una mayor flexibilidad financiera para que los ayuntamientos inviertan en vivienda o gestión del agua,

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