Según indica el INE, el suicidio entre adolescentes se ha incrementado notablemente este año, siendo la cifra más alta desde comienzos de siglo. Como causas de tal inclinación se ofrecen la soledad sobrevenida con el Covid, la toxicidad de las redes, la propia fragilidad adolescente, la determinación por sexo (los chicos son más numerosos que las chicas) o factores recientes como la IA, a cuyo consejo acuden buscando una explicación o un consuelo. Todo ello sin olvidar que a esa edad la vida se vive con enorme dramatismo, apremiado por los sentimientos y embargado por las dudas, y que uno tarda mucho –“a cada paso aquí soy otro” decía Eugenio Montejo– en encontrar cierta conformidad de ánimo. Llegar a adulto es, en buena medida, un extraño y accidentado logro, no exento, a veces, de amargu

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