Pedro Sánchez se resiste a dar por perdida la legislatura. El presidente del Gobierno redobló ayer su estrategia para mantenerla viva, visibilizando gestos políticos y concesiones concretas al independentismo catalán. Tras reconocer públicamente que el diálogo con Junts está «roto» y admitir «incumplimientos» en lo acordado para su investidura, apeló a una «oportunidad histórica» para resolver el conflicto catalán. Eso sí, caminando de nuevo de la mano.

Cinco semanas después de que el líder de JxCat, Carles Puigdemont, diera por enterrados los acuerdos con el PSOE, Pedro Sánchez optó por dar un giro en su discurso al anunciar un paquete de medidas económicas para tratar de reconstruir puentes con Junts como socio clave de legislatura.

Cuando los independentistas anunciaron su ruptura, lo

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