Papu Gómez fue suspendido durante dos años después de que un control antidopaje detectara la presencia de una sustancia prohibida en su organismo a finales de 2022. Aquella noticia cayó como un terremoto en su carrera, justo cuando atravesaba uno de los momentos más felices tras haber sido campeón del mundo. La sanción significó no solo el adiós al club en el que jugaba, sino también un giro brusco en su trayectoria profesional.

El futbolista siempre ha sostenido que el positivo se debió a un error involuntario. Explicó que había tomado un jarabe para la tos que pertenecía a uno de sus hijos, sin consultar previamente al cuerpo médico. Según su versión, nunca imaginó que un producto tan común pudiera contener un componente vetado por las normas antidopaje. Aun así, reconoció que la falta

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