Regalar mascotas en navidad es la costumbre más cruel disfrazada de ternura. Llegó diciembre, la época en que muchos padres creen hacer “la mejor elección” al poner bajo el árbol un perrito o un gatico, como si la vida de un ser vivo fuera un accesorio de moda…¡Una historia para no repetir!

Con una ligereza asombrosa, varios adultos deciden que nada mejor que entregarle a un niño una responsabilidad que ni ellos mismos están dispuestos a asumir. Y así, después de unos meses de fotos tiernas y caprichos satisfechos, los mismos animales terminan pagando la factura: abandonados en cualquier esquina de la ciudad, porque ya “estorban”, porque crecieron, porque comen, porque requieren tiempo… o simplemente porque nunca debieron ser un juguete…¡

Lo que muchos olvidan, o prefieren ignorar es

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