Después de escuchar la alocución del presidente de la República el pasado viernes en la noche, quedó en evidencia una afirmación de enorme gravedad. Sus palabras demuestran que la prioridad de su política de Estado es, y seguirá siendo, la denominada “paz total”, que en la práctica no corresponde a un proceso de paz real, sino a un gran acuerdo con sus aliados narcotraficantes.

Esta estrategia no solo parece orientada a legitimar a estos grupos, sino también a debilitar de manera deliberada a las Fuerzas Militares, con el fin de favorecer a actores que ya no son guerrilleros, sino organizaciones dedicadas al narcotráfico. Así lo expresó el propio presidente al afirmar: “Las Farc dejaron de existir con Santos; lo que hay ahora son grupos narcotraficantes”.

A juicio de muchos analistas, no

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