Durante décadas, Zaragoza y su provincia articularon uno de los sistemas asistenciales más singulares de España. Mucho antes de que existieran políticas sociales modernas, la Diputación Provincial de Zaragoza diseñó una red de instituciones que acogían, cuidaban y educaban a quienes no podían valerse por sí mismos: huérfanos, jóvenes sin recursos o personas sin apoyo familiar.

El corazón de esa estructura fue el Hogar Pignatelli , en pleno barrio de Torrero, pero no funcionaba solo. A su alrededor existían otras instituciones, conocidas popularmente como “Otras Casas” , que completaban un recorrido vital pensado para acompañar a las personas desde la infancia hasta la edad adulta.

Aunque no todos los acogidos pasaban por cada una de ellas, juntas formaban una red sólida basada en l

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