El Ministerio de Sanidad dirigido por Mónica García ha decidido excluir de la financiación pública los nuevos y eficaces tratamientos contra la obesidad , apenas horas después de que la Organización Mundial de la Salud ( OMS ) emitiera una declaración histórica. La OMS ha catalogado a los fármacos basados en los agonistas del receptor GLP-1 como la semaglutida (presente en Ozempic ) y la tirzepatida (presente en Mounjaro) como medicamentos esenciales para el tratamiento de la obesidad , una enfermedad que afecta a más de mil millones de personas a nivel global.
Este movimiento de la OMS, que reconoce la obesidad como una enfermedad crónica y recurrente que requiere manejo médico a largo plazo, busca impulsar el acceso universal y equitativo a estos tratamientos. Sin embargo, en España, la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos (CIPM) ha frenado la financiación de estos fármacos para el tratamiento específico del sobrepeso y la obesidad.
El factor económico: la barrera del Sistema Nacional de Salud (SNS)
La decisión de Mónica García se basa fundamentalmente en el « excesivo impacto económico » que la financiación de estos medicamentos supondría para el Sistema Nacional de Salud (SNS):
- Alto coste : estos tratamientos, si bien son altamente efectivos para la reducción de peso y la mejora de parámetros metabólicos, tienen un precio de venta elevado en el mercado, lo que genera preocupación sobre la sostenibilidad del sistema sanitario si se financian para la gran masa de población que padece obesidad en España actualmente.
- Financiación limitada actual : a día de hoy, los fármacos de esta clase solo están financiados en el SNS para el tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2 en pacientes con obesidad y otras condiciones médicas específicas, y únicamente cuando otros tratamientos no han surtido efecto. No están cubiertos para la indicación exclusiva de sobrepeso u obesidad.
La negativa de Sanidad pone sobre la mesa un dilema ético y de equidad, pues que un medicamento sea considerado «imprescindible» para un sistema de salud básico y universal por la máxima autoridad sanitaria mundial, pero por otro lado sea denegado por un sistema público en un país desarrollado, abre la brecha entre la recomendación global y la capacidad financiera nacional. El acceso a un tratamiento crónico efectivo queda, por tanto, restringido a la capacidad económica del paciente .
Perspectiva de la OMS y el debate pendiente
La OMS, al publicar su guía y declarar estos compuestos como esenciales, subraya que la medicación debe ir acompañada de un cuidado integral que incluya dieta y ejercicio , y que el tratamiento debe ser a largo plazo.
Expertos y sociedades médicas han aprovechado el pronunciamiento de la OMS para urgir al Gobierno a:
- Reconocer oficialmente la obesidad como una enfermedad crónica multifactorial.
- Desarrollar una Estrategia Nacional de Atención Integral a la Obesidad que combine prevención, educación y tratamiento farmacológico.
- Priorizar la financiación para los pacientes con obesidad mórbida o severa y alto riesgo cardiovascular, como han hecho otros países, para garantizar que los más vulnerables tengan acceso al tratamiento.
En ausencia de financiación pública, el debate se centra ahora en si España está dispuesta a asumir el coste de la equidad sanitaria para una enfermedad que afecta a millones de ciudadanos y cuyo impacto económico y social a largo plazo es incalculable.

OKDIARIO Estados Unidos
Associated Press Spanish
El Vocero
Clarín Estados Unidos
People Top Story
Raw Story
Associated Press US News
The Daily Beast
ABC News
Slate Politics
AlterNet