Ha pasado un año desde el fatídico día de la tragedia de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) de Valencia con 229 muertos y, sorprendentemente, todavía nadie, ni los tribunales, se han enterado de lo que realmente produjo el desastre.
La versión oficial es que la tragedia se produjo por una riada producida por el desbordamiento del barranco del Poyo . Un interesado galimatías sanchista para alimentar a la máquina de confusión.
El desbordamiento de cualquier rio o barranco no produce ninguna riada. Ni eso han sabido explicar, es precisamente al revés, una riada sí que produce un desbordamiento.
Pero para que desborde el colosal barranco del Poyo haría falta una crecida del caudal superior a los 4.000 metros cúbicos por segundo (las grandes crecidas del Ebro, cada 20 años, no llegan a 2.000 metros cúbicos de caudal) y por mucho que llueva, la cuenca del Poyo y sus afluentes necesitarían 10 años para aportar tanta agua.
La verdad es que en el barranco del poyo se formó una inmensa balsa con millones de toneladas de agua provocada al taponarse los ojos de los puentes con la colosal montonera de cañas de más de 4 metros de altura, arrancadas por la corriente, que Teresa Ribera dejó crecer en el lecho del barranco y que, al romperse el tapón , produjo el tsunami .
El desastre de Aznalcóllar (la balsa minera)
Para comprender lo sucedido en Valencia resulta útil recordar un caso similar: el desastre de Aznalcóllar, en Sevilla. En aquella ocasión, la rotura de una balsa minera con siete millones de metros cúbicos de agua provocó una subida de cuatro metros en el nivel del río Guadiamar .
El desbordamiento alcanzó el Parque Nacional de Doñana y generó graves daños. La diferencia esencial es que, pese a tratarse de una de las mayores catástrofes ambientales de España y posiblemente de Europa, no hubo víctimas mortales . Los efectos se limitaron a pérdidas ecológicas y materiales que afectaron a unas 4.600 hectáreas entre el parque y las zonas de cultivo.
La DANA y la política
Desde el inicio, se aprovechó la tragedia para responsabilizar y desgastar políticamente al gobierno valenciano y a su presidente, Carlos Mazón , en lugar de centrar los esfuerzos en esclarecer lo ocurrido y evitar que se repita. Paralelamente, se buscó desviar la atención de las posibles responsabilidades de la Confederación Hidrográfica del Júcar y del Ministerio para la Transición Ecológica , en relación con el mantenimiento del barranco.
La prioridad fue obtener rédito político , como refleja la campaña mediática en la que diversos artículos de supuestos expertos señalaron a Mazón, pese a que su implicación directa en los hechos no estaba clara. Posteriormente, los medios de comunicación afines contribuyeron a consolidar esta narrativa, que finalmente se trasladó al ámbito judicial.
La jueza de Catarroja centra sus investigaciones en la versión oficial, que atribuye la riada al desbordamiento del barranco del Poyo. Al desconocer otros posibles hechos, su análisis se limita a determinar quién, cuándo y cómo dio la alarma.
Sin embargo, este enfoque resulta insuficiente: si se hubiera considerado la realidad de lo ocurrido, se advertiría que la alerta debió emitirse varias horas antes, durante el llenado de la balsa del barranco del Poyo. La cuestión de fondo es, por tanto, quién tenía la responsabilidad de supervisar y mantener dicho barranco. Cuando se rompió el tapón a las 16:00 horas, ya no había nada que hacer (como en Alnazcóllar).
Sant Llorenç, Mallorca (13 muertos)
El 9 de octubre de 2018 se produjo una tragedia similar en Sant Llorenç , en Mallorca: cañas, tapón, balsa y tsunami.
Armengol , que estaba en la inauguración de una exposición, no se trasladó al lugar del desastre y se limitó a tuitear a las once de la noche, que los servicios de emergencia estaban actuando en la zona. Ya había constancia de la primera víctima mortal y la expresidenta Balear se limitó a enviar sus condolencias a través de esta red social y nunca asumió ninguna responsabilidad ni ella, ni ninguno de sus cargos.
Y no solamente eso, sino que no se propició una comisión de investigación que hubiese aclarado lo que realmente pasó y que hubiese servido para avisar a todas las CH de España de los peligros que conlleva dejar crecer cañaverales y maleza en los torrentes o en las ramblas y se hubiese evitado la tragedia de Valencia.
Que la Generalitat no sepa de hidráulica es comprensible, sin embargo, que la CHJ todavía esté tratando de enzarzarse con la hora de la alerta sin entender -o querer ocultar- lo que realmente pasó en Valencia es mucho más grave, como veremos a continuación.
Lo que realmente pasó
El primer embalse artificial colapsó a las 17:00 horas del martes 29 de octubre, provocando una ola de varios metros de altura con, entre 20 y 30 millones de toneladas del agua acumulada durante seis horas. El caudal subió de forma repentina cuando la presa se rompió. Nunca en la historia se ha producido una riada con un incremento de un caudal repentino de 200 a 2.200 m3/seg ., es imposible .
Resulta difícil comprender cómo, en medio del intenso temporal y con un caudal registrado de 28 metros cúbicos por segundo -muy por debajo de la capacidad de la rambla, estimada en 900 metros cúbicos por segundo-, nadie en la Confederación Hidrográfica del Júcar advirtió la evidente anomalía . Todo indicaba que existía un obstáculo que impedía el flujo del agua, concretamente la acumulación de vegetación.
Lo cierto es que la balsa pasó desapercibida. Esta situación refleja las limitaciones de una gestión excesivamente dependiente de las pantallas y del trabajo de oficina, sin la necesaria supervisión directa sobre el terreno.
Miguel Polo , presidente de la CHJ, ha llegado a decir que la información sobre los datos del caudal del Poyo, que causó el desastre, no era relevante , que lo importante para la CHJ era el seguimiento de los grandes ríos, porque en los barrancos no había capacidad de reacción.
Según lo publicado, Polo declaró que se enteró de lo que ellos llaman «desbordamiento del Poyo» a las 18:45 horas (dos horas 45 minutos después de la rotura del tapón), cuando el caudal subió a 1.685 m3/s. y continuó diciendo que ese caudal era importante pero congruente con lo que estaba pasando. La alerta SAT (Sistema de Alerta Temprana) del Ebro, que no tiene la Confederación Hidrográfica del Júcar, predice riadas tres días antes.
Lo que demuestra la total ignorancia de Polo en la materia o mala fe para esquivar responsabilidades , que el lector escoja.
Conclusión
La existencia del cañaveral en el lecho del barranco , circunstancia que resultó determinante en la producción de la tragedia, se encontraba bajo la competencia y responsabilidad exclusiva de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Dicha responsabilidad deriva de lo dispuesto en la Ley de Aguas (Texto Refundido aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio) y en el Reglamento del Dominio Público Hidráulico (Real Decreto 849/1986, de 11 de abril) , que atribuyen a los organismos de cuenca la conservación, mantenimiento y gestión de los cauces públicos, así como la prevención de riesgos asociados a su estado.
- Miguel Ángel Merigó es ingeniero EPFL Suiza y Pedro Cantarero es miembro del Grupo de Trabajo sobre Industria y Energía del Congreso de los Diputados .

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