La llegada de la temporada navideña transforma los hogares: luces cálidas, adornos brillantes y el tradicional se convierten en el centro de la atención familiar. Sin embargo, para quienes conviven con un , estas fechas también implican un desafío. La curiosidad natural de los felinos —especialmente ante objetos que se balancean, destellan o desprenden aromas nuevos— puede convertir la decoración navideña en un terreno de juegos tan irresistible como riesgoso.

A pesar de los esfuerzos por mantenerlos al margen, muchos tutores de gatos presencian año con año el mismo escenario: saltos hacia las ramas más llamativas, intentos por derribar la punta del pino o largas sesiones de juego con los adornos más frágiles. Frente a esta situación, algunos expertos en comportamiento han c

See Full Page