Morelia, Michoacán.– En la entrada del Mercado Independencia, entre el ir y venir de clientes en busca de adornos para sus nacimientos, don Rogelio Gallegos Cornejo acomoda con calma las pequeñas casitas y los arbolitos que él mismo fabrica. Tiene 67 años y, desde hace más de una década, este espacio se convirtió en parte de su vida familiar. Aquí aprendió, trabajó y compartió los días con su esposa, Elvira Lara Varela, quien fue la primera en levantar este negocio artesanal que cada diciembre toma forma entre tablitas, musgo, heno y pasto seco.

Rogelio elabora cada pieza desde cero: compra la madera, corta, arma y decora. Las casitas —o “portalitos”, como él las llama— llevan alrededor de una hora de trabajo, aunque las más pequeñas llegan a demandar hasta dos. Las cubre con musgo, pasto

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