La paciencia y la perseverancia han dado por fin su fruto para los once vecinos de un edificio en la calle Encarnación del Pino , en el distrito de Villaverde . Después de más de tres años de obras paralizadas, silencios administrativos y una situación de abandono que complicaba la vida diaria de una comunidad con mayoría de personas mayores y movilidad reducida, por fin han podido estrenar el ascensor tan ansiado.

Lo que comenzó como una obra esperanzadora se convirtió en un auténtico calvario para los residentes. A pesar de haber pagado la instalación por adelantado y de que la cabina llegó a colocarse parcialmente, el ascensor permaneció inoperativo durante años , sumiendo a la finca en la incertidumbre. El problema se agravó con el estado lamentable en que quedó el portal du

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