“Las casas siempre están ahí, permanentes e inmóviles, observando cómo la gente que las habita va cambiando; y por eso nos recuerdan qué fugaces son nuestras vidas y que, por tanto, es muy importante reparar el daño que nos causamos los unos a los otros antes de que sea demasiado tarde”, afirma Joachim Trier acerca del espacio físico en el que transcurre buena parte de su sexto largometraje, ‘Valor sentimental’, gracias al que ya obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes y que promete proporcionarle muchas recompensas más, entre ellas varias candidaturas al Oscar; las quinielas, de hecho, la consideran la favorita a llevarse la estatuilla en la categoría de Mejor Película Internacional. Se trata de una vivienda hermosa y aparentemente sólida, aunque atravesada por

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