Había una vez una ciudad llamada Castellón , donde la accesibilidad era más que una prioridad: era una realidad palpable . En esta ciudad, las calles estaban diseñadas pensando en todos sus habitantes, sin importar sus capacidades físicas o visuales. Permíteme llevarte a un paseo por esta ciudad inclusiva .

El sol brillaba en el cielo mientras salías a caminar con tu bastón blanco en la mano. Las aceras eran amplias y libres de obstáculos , y los pasos de cebra estaban estratégicamente ubicados en cada esquina . No había coches mal aparcados bloqueando las rampas, y los conductores respetaban las señales de tráfico.

Llegaste a un semáforo y pulsaste el botón de tu mando . El semáforo comenzó a sonar, indicándote que podías cruzar con seguridad . Todas las Pant

See Full Page