Los microplásticos ya no solo contaminan ríos y océanos. Un nuevo estudio revela que también están alterando la vida bajo nuestros pies. Las lombrices de tierra, esenciales para la fertilidad del suelo, están confundiendo partículas plásticas con alimento real. Esto provoca una caída alarmante en su capacidad reproductiva y compromete la salud de los suelos agrícolas de los que depende nuestra producción de alimentos.

Los microplásticos se comportan como “falsa comida”

El estudio muestra que las lombrices no pueden distinguir entre partículas de plástico y materia orgánica. Al ingerir estos fragmentos —muchas veces invisibles a simple vista— su sistema digestivo interpreta que ha consumido alimento suficiente. En consecuencia, reducen su ingesta de nutrientes reales y alteran su metaboli

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