Las redes sociales pueden ser una plaza pública llena de gritos. A veces, basta deslizar un dedo para sentir que la conversación se transforma en una pelea. Ese ambiente fue el punto de partida para un grupo de investigadores que quiso probar algo diferente. Qué pasaría si, por solo unos días, la política dejara de llegar cargada de insultos a las pantallas.

Hoy, buena parte de la discusión pública ocurre en plataformas como X. Allí las ideas se chocan, se amplifican y también pueden fracturar. Lo que muchas personas no ven es cómo la plataforma decide qué mostrar primero y qué esconder al fondo. Esas decisiones invisibles terminan moldeando lo que se siente y se piensa sobre el otro.

Los investigadores estadounidenses que impulsaron el estudio explican que durante años fue casi imposibl

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