Netflix volvió a romper el esquema tradicional del drama histórico con el estreno de Érase una vez el oeste, una miniserie estadounidense de solo seis episodios que ya se convirtió en uno de los títulos más comentados del mes.

Su clasificación para adultos no es un simple detalle técnico: la serie es cruda, violenta y emocionalmente demoledora, y por eso mismo logró captar a miles de espectadores en busca de un relato breve, intenso y basado en hechos reales.

La producción se mueve entre el thriller psicológico, el western y el drama de supervivencia extrema. Cada capítulo, de entre 45 y 60 minutos, sigue a Isaac Reed, un hombre marcado por una tragedia que lo empuja a emprender un viaje a través de las tierras vírgenes de Estados Unidos.

Lo que en un principio parece una travesía solit

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