Parece haber tenido una vida fugaz el oratorio que sorpresivamente sin ningún tipo de anuncio ni explicación apareció instalado en los últimos días en el Senado, más precisamente en el despacho que ocupada el senador Edgardo Kueider, expulsado de la cámara el año pasado tras intentar ingresar a Paraguay con 200 mil dólares que llevaba escondidos.
El lugar convertido en un espacio para rezar -que lucía una bandera argentina y otra vaticana y unos bancos con reclinatorio- estaba este jueves cerrado y con una faja con la inscripción: “Antes de abrir, consulte en Dirección de Seguridad y Control”.
En medios parlamentarios se descuenta que el oratorio fue instalado con el visto bueno de la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, una reconocida católica de perfil conservador,

Clarín Política

Noticias de Argentina
Diario Uno
La Capital Política
Context Tucuman
Corrientes Hoy
Minuto Uno
LAS 24 HORAS DE JUJUY