La imagen de dos hombres, uno estirado en el suelo bajo una manta, tosiendo sin parar, y otro acomodado en un desvencijado sofá, delante del hospital Clínic, sobrecoge a unos y despierta la indiferencia de otros. Es una escena cotidiana. Ambos forman parte del grupo cada vez más numeroso de personas que duermen a la intemperie en Barcelona. Más de 600 voluntarios convocados por la fundación Arrels salieron a contarlos la noche de ayer miércoles. En el ámbito comprendido entre las calles Muntaner y Urgell y de Diagonal a Aragó, un equipo de tres personas, Aida, Anna y Eva, contabilizó 20 ciudadanos a la intemperie, casi uno por manzana de esta zona del Eixample Esquerra.

El recuento se realizó en todos los distritos de la ciudad y los resultados, que se compararán con los del 2023, cuando

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